
Mi cuerpo se convertiría en un templo sagrado, en una mezquita de oración y clamor y mis ojos impregnados de lágrimas, enjugarían los cuerpos llenos de dolor.
Si pudiera abrazar el pueblo palestino para protegerlo de las bombas racimos que caensobre sus barriadas, sobre su inocencia, sobre sus escuelas, lo haría con clamor, y pediría a Jesús de Nazaret, hijo de palestina que baje y nos de su bendición.
Esperanza
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes dejar tus comentarios con respeto. No aceptamos sionistas ni provocadores.